Con más de 50 años en el mercado, este negocio familiar no solo ha pasado por generaciones, sino que también ha experimentado un rebranding exitoso.
El reto fue crear una identidad visual que reflejara la singularidad del café oriundo de la región, así como la cultura
y comunidad cuzqueña.
Se desarrolló una identidad visual basada en ilustraciones y patrones, inspirados en elementos de la flora y fauna local. Como resultado, la marca pudo estar presente en una feria cafetalera en Boston, USA, lo que reforzó su presencia internacional.